LOS IDIOTAS

Algún Sitio A Las Afueras De Ámsterdam (Un día del mes de mayo de 2003)

Ya sabeis que desde valladolidwebmusical intentamos estar pendientes de todos aquellos paisanos que se encuentran en el "exilio" para poderos mantener al tanto de sus actividades de la misma forma que a ellos esta web les sirve para estar al corriente de lo que aquí se cuece.
Esta crónica nos la ha enviado la gente de Poodle Bites, fanzine garajero hecho en Amsterdam y del cual ya os hemos hablado anteriormente, fanzine en papel que se puede conseguir en Charly Blues y Fuzztone
La crónica habla de un grupo garajero también formado por vallisoletanos y que se mueven en Holanda, de esta misma banda os hablamos hace poco en esta misma sección de un concierto que hicieron en Medina del Campo.

En fin, aquí está el asunto :


Ayer asistí a un espectáculo digno de verse y desgraciadamente, no sé en este momento si volveremos a verlo alguna vez más, por lo menos con los mismos participantes.
Con motivo del cumpleaños de Jasper, uno de los activos músicos locales de la escena de Ámsterdam, nos fuimos hasta el campamento donde habitan varios de estos personajes.
La organización había previsto un día caluroso y con un sol de justicia brillando en lo alto de nuestras cabezas, pero no fue así.
El día no acompañó al plan ideado por los organizadores, ya que había viento, lluvia que aumentaba conforme pasaba el tiempo y un lodazal que nos iba ganando terreno a pesar de las tablas y demás artilugios colocados por el suelo a fin de que no nos hundiéramos demasiado.

foto M.Velasco, Amsterdam 2003
Ya una vez pusimos los pies en Ámsterdam, notamos el nerviosismo típico antes de un concierto de los dos Idiotas.
Todo parece ir de manera diferente a lo planeado y, como es costumbre en esto del rock’n’roll, hay que buscarse la vida hasta para plantarse en la carpa bajo la cual iba a transcurrir el evento.
La semana antes, Los Idiotas habían estado ensayando duramente para salir con mayor seguridad y chillar, sudar y escupir al personal una vez más una ración de rock poco hecho y sangrante, como los filetes de vaca.
Para más INRI, “el doctor” y Julio se habían desplazado desde León y aprovechando que el Arlanzón pasa por Burgos, se iban a tocar unos temas con Lissa y Pelayo.
Todo preparado concienzudamente para luego acabar a las once de la noche, en medio de la nada, buscando tablas suficientes para poder mantener de pie la batera y los pies de micro y tapando los altavoces del PA para que no se mojaran con el diluvio que sucedía fuera de la lona que nos cubría.

Paella, cervecita y buen rollo mantuvieron el ánimo a un nivel aceptable y con un frío que pelaba, empezaron a repartir Los Idiotas; renqueando un pelín debido a las circunstancias y a un energúmeno borracho, que pese a las peticiones de todos de que se alejara un poquito de Lissa para que no se le moviera el micro, seguía insistiendo en ponerse al lado de éste, con los consiguientes movimientos del pie del micro.
Pero cuando conseguían olvidarse de todo y se metían a lo suyo, aquello parecía una cosa completamente diferente.
Jerséis fuera, a sudar.
Los temas se suceden rápidamente, casi sin descanso y ellos se meten en su papel y nos arrojan a la cara parte de su clásico set aumentado con algún tema nuevo.
Pelayo y su batería se agitan convulsivos, golpeando el bombo con el pie, con el empeño de alguien que está, muy cabreado.
Los platos no paran quietos ante la insistencia con que son golpeados.
El ritmo en conjunto suena como una piedra golpeando metal rápida y sistemáticamente.
Lissa por el contrario empieza un poco más estático.
Pero esto dura poco ya que, animado por el insistente golpear de su hermano de idiocia, se ve abocado a seguir a una velocidad, que quita cualquier intención de pensar en otra cosa que no sea, rascar la Danelectro como alma que lleva el diablo.
los idiotas en amsterdam 2003
El sonido de la guitarra que escupe el amplificador, lleno de feedback y acoples, acompaña a una voz desgarrada y urgente.
Lissa se agita y agita su guitarra con fiereza.
Pero es la conjunción de todo, la actitud con la que interpretan su set, el sonido monolítico, la mala leche que destilan, pero también la clase con la que lo hacen, lo que hace cualquier actuación de estos dos tipos algo único y digno de verse.
Surge como algo extraño en el ambiente, violencia, tensión que hace que los pelos de la piel se pongan tiesos y un reguero de energía te rule por dentro.
Es esa sensación que muy pocas veces se tienen en conciertos la que yo tengo viendo a estos dos.

Y son mis amigos, y los conozco de toda la vida, pero cuando salen ahí fuera parecen otros.
No los conozco. Son dos tíos haciendo rock´n´roll de ese por el que más de cuatro garageros de postín darían la vida por poder tocar.
Y no deja de ser extraño, porque parece que la cercanía siempre quita glamour y misterio a las cosas, y que el hecho de conocer a estos dos mucho antes de que se autodenominaran Idiotas influiría a la hora de juzgarlos como músicos, pero no ha sido así.
Los idiotas, foto Manuel Velasco
¿Que más puedo decir? Que Lissa casi le parte la boca al payaso ese que se le tiraba encima, que Antonio estuvo ahí al quite para que la cosa no fuera a más, y que por supuesto, yo en ese momento estaba dado la vuelta para buscar otro sitio donde hacer otra foto, como es mi santa costumbre. Que antes de acabar salieron Antonio y Julio a hacerse un par de ellas con las estrellas, que la primera quedó bastante mejor que la segunda.
Que pese a las advertencias, sospecho que “el doctor” estaba entonado por encima de la media
(¿quién tiene huevos de quitarle una birra a “el doctor”?).

Pero en general, como recuerdo queda esa media hora de energía y rock´n´roll que nos regalaron Los Idiotas y que pese al frío y las penalidades, quedará grabado al menos en mi cabeza para el resto de mis días (aunque esto suene un poco tremendo).

Y es que yo lo pongo a la altura de esos conciertos inolvidables de los que no se ven muchos en la vida, como la primera vez que vi a Sex Museum en Hipo, o a los Young Fresh Fellows y a otros cuatro más. Pero como dije en el primer párrafo de este escrito, igual esa fuente de energía que son Los Idiotas no vuelve a soltar su furia y es que esto del rock´n´roll por amor al arte quema.
La mayoría de la gente metida en este tipo de historias es gente poco seria y si cada vez que te tiras al escenario te llevas una decepción, tarde o temprano eso empieza ha hacer mella y los ánimos empiezan a decrecer.

Al final del concierto, un Idiota juraba por sus muertos que no volvía a tocar delante de holandeses, si bien no tenía intención de abandonar el país, con lo que, saca tú las consecuencias.
Esperemos que todo se calme y el optimismo vuelva al seno de la familia Idiota, pero es que esto es algo también inherente a la filosofía Idiota.
La tensión siempre surge entre ellos y luego la regurgitan en el escenario.

¿Sería igual un concierto de Los Idiotas sin inconvenientes, con todo saliendo a pedir de boca?.
Ojalá tengamos oportunidad de contarlo, pero eso no depende de casi nadie, solo de dos idiotas.
¡En manos de quién estamos !

información y mp3 de los idiotas

Poodle bites, mayo 2003



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