El
graffiti,
en cuanto a influencias se refiere, es un modo de expresión
artístico indicativo de un estilo de vida urbano. Sus
más directas influencias vienen dadas, pues, por otras
expresiones culturales de la calle como puedan ser el rap
o el break dance, de hecho es bastante
estrecha la relación de estos tres elementos, aunque
no siempre.
Además de la morfología en la escritura y en
los estilos de letra de los tags, los throw-ups, wildstyles,
etc. El graffiti toma prestados diversos elementos de la iconografía
popular como el cómic o los cartoons
(dibujos animados). De hecho, la primera y la más destacada
influencia viene determinada por el trabajo de Vaughn
Bodé (continuado por su hijo Mark Bodé),
quienes fueron de los primeros artistas del cómic underground
de la década de los sesenta y los creadores de personajes
como: Deadbone, Junkwafel, Cheech Wizard o
Belinda Bloom. Hoy en día no se puede
hablar de la historia del graffiti sin mencionar a Bodé,
quien fue objeto de homenajes y dedicaciones por parte de
algunos escritores, por ejemplo Kel 129 o Dondi, o incluso
su trabajo llegó a hacerse referencia en un tema del
legendario grupo de Hip Hop Beastie Boys.
Los personajes de Bodé sirvieron como complemento para
las piezas de muchos escritores del antiguo metro neoyorkino,
aunque hoy en día se sigue haciendo tributo a este
artista underground de gran popularidad en la década
de los sesenta asociado al movimiento hippie o en los noventa
al hip hop.
Como anécdota podríamos contar que destaca el
cierto contenido erótico de los cómics de Bodé
(sobre todo en los de la serie Erotica,
plagados de mujeres desnudas) y que, precisamente, ésta
es una de las principales razones de que los escritores tuvieran
acceso a ellos. En los principios de gestación de la
cultura la mayoría de los chicos que comenzaron a pintar
tenían una media de unos catorce o quince años
de edad, con lo que eran demasiado pequeños para consumir
este tipo de revistas por lo que la casi todos ellos las tomaban
“prestadas” de sus hermanos mayores. La simple
curiosidad de adolescente por el erotismo se convirtió
(de manera indirecta) en una de las principales fuentes de
inspiración de este arte, inspiración que incluso
hoy todavía perdura. Efectivamente, seguimos viendo
a Cheech y a Junkwafel en las piezas de muchos autores contemporáneos
inspirados a su vez en los de primer generación.
También en sus inicios tuvo especial popularidad entre
los escritores la figura del Santo (The Saint),
un icono perteneciente a unas novelas basadas en una serie
televisiva de carácter popular, que llegaba a reducirse
tan esquemáticamente que parecía un monigote
infantil o un pictograma.
En
el graffiti también se perciben ecos publicitarios
muy fuertes, especialmente de los grandes carteles de los
comercios urbanos y de las grandes marcas. Graffiti
y publicidad van en ocasiones estrechamente
ligados, y es que, como dice El Tono,“el graffiti es
publicidad, y en publicidad si no intentas aparecer por todos
los lados, no existes”. También son usados en
este arte personajes populares de cómic
o cine, textos o citas famosas, iconos
universales como el símbolo de la paz... La
razón puede ser doble: Simplemente el autor se identifica
con la imagen representada o la representa precisamente para
llamar la atención de los observadores que reconocen
la imagen de una forma inmediata. También, aparte de
elementos publicitarios, el graffiti llega a imitar logotipos
de marcas o empresas reconocidas adaptándolos al nombre
de su autor (método similar al utilizado por el Pop
Art, que más que una limitación
creativa supone un recurso innovador e ingenioso de reintrepretación).
Aunque lo más común es representar personajes
carismáticos entre el público adolescente, generalmente
superhéroes como Spiderman, Batman, Superman... U otros
más populares como Mortadelo y Filemón, Zipi
y Zape o las más actuales Supernenas. También
podríamos destacar la representación de personajes
históricos, estrellas del cine o de la música
(esto depende de los gustos personales del realizador). También
se representan ideologías, mensajes y hasta temas de
actualidad de interés social como la droga, la liberación
animal y hasta catástrofes humanas como la de las Torres
Gemelas o la guerra de Irak, que ya han sido objeto de temática
en algunas piezas y murales. En Francia fue muy frecuente
durante algún tiempo las frases en piezas de escritores
arremetiendo contra Chiraq y las pruebas nucleares.
Otra influencia directa sobre el graffiti es la del tatuaje
(puerta de salida para muchos escritores) y que de manera
recíproca influye en el estilo de las piezas de muchos.
Esto se ve sobre todo en la representación de tribales,
simetrías, o personajes y elementos típicos
del tatuaje como corazones, puñales... Siempre en colores
vivos y planos que tanto caracterizan a los tattos.
Como no, el arte influye también de
manera directa en muchas de las obras. Se ha representado
desde las míticas sopas Campbell de Warhol pasando
pon una reinterpretación del Guernica de Picasso o
incluso el arte fantástico de Rodney Matthews también
ha recibido su homenaje. Aparte de estilos pictóricos
o escultóricos, se ha llegado a representar, total
o parcialmente, obras de arte tanto clásico como moderno,
así obras de Leonardo da Vinci, Dalí, Van Gogh,
Lienchestein o Giacometti entre otros, son acompañadas
de piezas de escritores con un estilo de graffiti genuino.
Como anécdota podría comentar -ya que parece
algo casi obligatorio al hablar de graffiti en relación
con el arte- es la atribución que se les a dado a personajes
del mundo del arte neoyorkino de los 80 de escritores de graffiti.
Hablo de Jean Michelle Basquiat y de Keith
Haring. El primero, bajo el psudónimo
de Samo parece ser (hasta donde he podido saber yo) que si
que llegó a escribir su nombre en las paredes y en
el metro. Pero queda totalmente fuera de lugar que fuese un
hito y mucho menos un escritor activo en la época.
De hecho, no he conseguido localizar ni una sola firma u obra
suya fuera de otro formato que no fuese un lienzo o similar.
Haring, por su parte, nunca se consideró un escritor
de graffiti. Sin embargo, si se ha constatado que éste
dibujaba en los carteles de las estaciones de metro (no en
los vagones) iconos y símbolos típicos de su
obra gráfica.
Por
último se podría mencionar la influencia que
recibe el graffiti de disciplinas más actuales como
el diseño gráfico, la ilustración
o la estética de la nueva corriente conocida como Street
art. Así, no es raro encontrarnos, aparte
de temáticas con alguna de estas estéticas,
piezas individuales de escritores en las que se perciben ecos
de estas disciplinas, perdiéndose cada vez más
la identidad, en algunos casos, del original diseño
de letras y colorido típicas del graffiti tradicional.
No es raro, pues, encontrarnos con motivos geométricos
y formas poligonales, obras a sólo dos colores, recursos
tipográficos, etc. En obras de escritores en las que
lo que se supone es el factor principal del graffiti, el nombre
del autor, se pierde en ocasiones de manera total o parcial.
También podemos encontrarno con murales en los que
la existencia de letras con morfología del graffiti
es nula, llenando sin embargo el espacio con la representación
de personajes o fondos realistas. O también podemos
encontrarnos con una integración de carteles o plantillas
representando personajes, siluetas, tipografías o logotipos
componiendo un mural de caracter urbano. Algunos son partidarios
de estos avances, de estas nuevas tendencias calificadas como
la evolución del graffiti, otros no
lo ven así y piensan que estas manifestaciones poco
tienen que ver con el fenómeno del writing neoyorkino.
Hay quien expresa abiertamente que lo que hace no lo califica
explícitamente como graffiti, no sabiendo situarlo
entre una obra de arte moderno o una de arte callejero. Hay
quien incluso cobra dinero por pintar, la polémica
y el debate sigue abierto... Muchas de las cosas que vemos
hoy en día que se nos presentan como tal ¿son
realmente graffiti?
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